Hace unos días el vehículo Perseverance llegó a la superficie de Marte en busca de vida en este planeta. Hoy no vamos a hablar de si hay o no hay vida en otros planetas, sino de otra posibilidad. Y es que, con nuestros viajes espaciales, podríamos estar llevando seres vivos a otros rincones del universo. Esto es lo que se conoce como contaminación biológica interplanetaria.
Hay seres vivos capaces de aguantar temperaturas altísimas, grandes presiones e incluso radiación. Muchas de ellas son bacterias que, cuando las cosas se ponen feas se protegen formando esporas. En estas esporas, las bacterisa entran en un estado de letargo y cesan su actividad casi por completo, a la espera de condiciones mejores.

Tardígrados en la luna
Pero también hay bichillos algo más grandes que pueden sobrevivir en el espacio, por ejemplo los tardígrados. Los tardígrados son animalillos microscópicos capaces de aguantar temperaturas extremas: desde la friolera de los -200ºC hasta superar los tórridos 150ºC. También sobreviven al vacío espacial y pueden aguantar hasta 10 años sin agua. De hecho, desecados lo aguantan casi todo. En estudios en satélites en órbita algunos sobrevivieron incluso la radiación solar y cósmica (esas de la que nos protegen la atmósfera y el campo magnético de la tierra).
En 2019, una nave con tardígrados se estrelló en la luna. Sabiendo que estos bichillos pueden sobrevivir en el espacio, ¿Cuántos de ellos creéis que siguen aletargados (pero vivos) en la luna esperando su momento?
¿Es malo que llevemos vida a otros rincones del universo?
Una de las posibles explicaciones del origen de la vida que aparecía en los libros de texto de mi infancia era la panspermia. Según esta hipótesis, la vida puede propagarse por el espacio en forma de microorganismos o esporas. Y con esto en mente me pregunto si quizá somos nosotros, los humanos, quienes estemos sembrando de vida el universo.
Cuando pienso en ello, la verdad es que no lo veo mal… La vida es bella, así que ¿por qué no compartirla?
Sin embargo, en algunas ocasiones sí podría ser un problema. Por lo que sabemos hasta la fecha, estamos solos en el universo. Pero también podría ocurrir que haya vida microbiana en otros planetas (¿en Marte quizá?). En ese caso, llevar microorganismos supondría introducir un depredador que se deleitaría de los micro-habitantes marcianos. Te lo pongo en una imágen:
A ojos de los tardígrados, los microorganismos marcianos serían como indefensas y apetitosas hamburguesas esperando a ser devoradas. Poco duraría la vida marciana, ya te digo…
Como evitamos contaminar otros mundos
Las condiciones de la luna no son aptas para la vida por lo que llevar vida allí (cómo ocurrió con el accidente de lo tardígrados) no resulta demasiado problemático. Sin embargo, hay otros astros dónde sí podría haber vida. Marte es el principal candidato. Sabemos que contiene agua líquida, y por tanto podría albergar vida (o haberla tenido en el pasado). Para no contaminar Marte con formas de vida terrestres, las misiones espaciales a este planeta cumplen normas de protección planetaria muy estrictas.
Por ejemplo, Perseverance se montó en lo que se conoce como salas blancas. En estas salas, todo el aire que entra se filtra para que no se cuele ni una mota de polvo. Las superficies se esterilizan constantemente con alcohol. Y antes de meter cualquier pieza o material, hay que esterilizarlo con calor o con agua oxigenada para matar a los microrganismos que pueda haber en ellos.

Reflexiones para acabar
Cuando los Europeos colonizaron América, llevaron consigo enfermedades como la viruela y el sarampión que arrasaron con la población nativa. Lo mismo está ocurriendo actualmente en España con la introducción de especies invasoras como la tortuga de florida o el cangrejo rojo. Estas especies foráneas desplazan a las autóctonas y las ponen en riesgo de desaparecer.
Esperemos que las medidas adoptadas en los viajes espaciales basten para no contaminar el universo con vida terrestre. Sería une pena que, si el milagro de la vida ha ocurrido también en otro lugar, nos la cargáramos por un despiste.
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Nos vemos en la próxima publicación.